Cuando una marca se enfrenta a la renovación de un clásico, se enfrenta a un verdadero reto. Crear un modelo nuevo, o lanzar una nueva iteración de uno bastante joven en el mercado no es tan complicado. No suele haber tantos usuarios convencidos a su alrededor, pero imaginaos lo que es darle un lavado de cara a un Volkswagen Beetle o a un Mini.
Pues bien, casi a esos niveles se mueve el MX-5, el roadster de Mazda por excelencia, que en Japón se conoce como Miata y que sus muchos fans llaman también así más que por su nombre para este lado del mundo.
No en vano, el pequeñín cumple nada menos que un cuarto de siglo y, en ese tiempo, ya sea en su primera generación, en la segunda o en la tercera, ha servido como coche divertido y para devorar curvas y kilómetros a miles de personas. Incluso como puerta de entrada al mundo de los deportivos a gente que buscaba un modelo con el que no tener demasiados Cv pero que sirviera para sentir lo que significa llevar la potencia en las ruedas traseras.
Y claro, con un 25 aniversario de un clásico, no pensaríais que sus padres se iban a quedar quietecitos sin darle un hermano pequeño a tan ilustre descapotable, ¿no? Pues bien, en Mazda han querido mantener el espíritu original del Miata, o Eunos Roadster, que es otro de sus nombres, siguiendo con unas líneas de diseño inconfundibles, aunque en ellas han aplicado la nueva estética que la marca luce en modelos como los últimos Mazda 3 ó 6.
La filosofía Skyactiv, con motores más económicos y eficientes tampoco falta a esta fiesta de cumpleaños y el MX-5, es ahora 100 Kg más ligero, así que a buen seguro también debe ser más divertido de conducir.
Aunque se mantiene en sus líneas clásicas, en las que siempre predominaron las curvas, este nuevo MX-5 es ahora algo más agresivo, sobre todo por sus afilados faros y por esas luces traseras, que recuerdan a los nuevos Jaguar.
Los amantes de los clásicos, además, no podrán tener queja con este descapotable, ya que su techo sigue siendo de lona. En Mazda han preferido no añadir un peso innecesario con una capota metálica a un coche que siempre les ha funcionado bien con este concepto.
En su interior, las líneas también se han modernizado y ahora, aunque algo de sabor clásico queda, sus simples y escuetos mandos sin los justos y necesarios para dar un aire más tecnológico sin complicarlo todo con botones innecesarios.
Toda una preciosidad que sirve de perfecta renovación a un coche que se ha convertido en un clásico moderno por derecho propio. Aunque por ahora no hay fecha ni precios concretos, Mazda si que avisa de que no será un coche caro, y se lo agradecemos, porque, al ver esa imponente silueta roja, más de uno ya estamos soñando con poder conducirlo a cielo abierto.
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