Hay lugares bonitos, hay lugares con encanto y luego están los que son realmente mágicos y que además no lo son solo desde que el 'bonitismo' se puso de moda y todo se volvió cuqui de repente, sino que ya lo eran de antes. Los lugares naturalmente mágicos son así de siempre porque no se podrían concebir de otra manera.
Eso es lo que sucede con el Hotel Costa Vella en Santiago de Compostela, un oasis en el casco histórico de la ciudad que llena de alegría a los que vienen de fuera y se alojan en él, pero también a los compostelanos. El hotel cuenta con un adorable jardín, con varios ambientes, mesas, sillas y bancos, en el que cualquiera puede disfrutar del arte y la naturaleza tomando algo.
El Hotel está situado en la rúa Porta da Pena, una de las entradas más importantes de la zona vieja porque es por donde la mayoría de peregrinos acceden a ella. Una vez en el casco histórico, si entramos por esta calle, una de las primeras cosas que nos sorprenden es la entrada al jardín de este hotel, que especialmente en verano y primavera está lleno de flores y colores y llama la atención de todos los que pasan por delante.
El jardín no solo es para huéspedes, cualquiera puede entrar a desayunar, a tomar café o un refresco a media tarde. Es un rincón especialmente maravilloso en estos días de verano, un lugar con sabor a historia en el que se puede apreciar el paso de los años y que al mismo tiempo tiene todo el confort de haber sido renovado a finales de los años noventa.
En la foto sobre estas líneas tenemos una vista general de parte del jardín en el que hay varios ambientes, mesas con sillas, bancos junto a la muralla e incluso una zona cubierta en la que se puede estar muy a gusto aún cuando llueve. En el jardín además hay esculturas que se integran de un modo muy curioso con las piedras y la naturaleza.
Cómo ya os podéis imaginar es un lugar maravilloso para un distendido desayuno de trabajo o para romper con la rutina de la oficina, en el que sumergirse en la naturaleza sin salir de la ciudad, en el que estudiar, en el que tomar una caña o una copa con los amigos o en el que pasar una tarde con los niños. Un escenario así da mucho juego para que en él podamos hacer prácticamente de todo.
Otra de las partes más emblemáticas de este hotel es la galería, además del jardín el hotel cuenta también con una cafetería interior más pequeña pero muy acogedora y que tiene una zona de galería, con vistas precisamente al jardín, que cuenta con las mesas favoritas por mucha gente.
Desde la galería se puede seguir disfrutando del paisaje cuando hace frío o a horas en las que el rocío de la noche ya empieza a caer en el exterior. Yo confieso que soy de las que prefiere seguir en el jardín aunque sea con chaqueta, pero me consta que conseguir mesa en la galería muchas veces es complicado porque a la mayoría de la gente le encanta.
Y como hotel que es el Costa Vella también tiene habitaciones, solo 14, es un hotel pequeño, pero perfectamente acondicionadas para los privilegiados que puedan reservarlas a tiempo y disfrutar de ellas. En las habitaciones se combina lo clásico con lo moderno, lo rústico y clásico con lo contemporáneo. Piedra, madera y forja son los principales protagonistas en un ambiente muy confortable.
Así que si alguno de vosotros está pensando en hacer este verano el camino de Santiago, que apunte en hotel Costa Vella entre mis recomendaciones. Si no para dormir porque ya tenéis otra reserva hecha, al menos para tomar algo durante la tarde antes o después de visitar la Catedral de forma relajada y tranquila, os aseguro que la experiencia merece la pena.
Más información | Hotel Costa Vella
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