Si no puedes esperar a lo nuevo de Adele, a ver qué te parece Elle King y su Love Stuff

Tenemos 30 míseros segundos de lo nuevo de Adele circulando por ahí, pero ¿quién quiere o tiene suficiente con sólo medio minuto de una canción? Supongo que nadie… o hay que ser muy fan para conformarse, claro. Y deben ser muchos esos fans, porque esos segundos se convirtieron en trending topic en Twitter sin mucho esfuerzo hace un par de días.

Pero yo no he venido hoy aquí a hablaros de Adele, de quien se espera el tercer álbum para el 20 de noviembre si los oráculos no andan desencaminados, sino de una buena forma de hacer más llevadera la espera.

Me refiero a un nuevo fenómeno americano que bien podría estar arrasando en nuestro país en breve. Se llama Elle King, es hija del actor de comedia Rob Schneider y ya lleva un tiempo sonando en su Estados Unidos gracias a su álbum debut, Love Stuff, lanzado en febrero de este año, con mucho éxito en la lista Billboard de su país, por cierto, aunque es ahora cuando está empezando a sonar tímidamente en el nuestro.

Las claves de su éxito (o posible éxito) están a la vista. O al oído. Sólo hay que escuchar las 12 canciones que componen ese Love Stuff para darse cuenta. Y para hacerse una idea, imaginando una voz personal, que recuerda sobre todo a Adele, aunque también tiene algo de Duffy, y a los clásicos del soul, y mezclarla con un sonido folk y rock americano sin duda mucho más agresivo que el de la británica.

Por ejemplo, su canción más conocida, ‘Ex’s & Oh’s’, se podría definir perfectamente como una canción de Adele con las guitarras de The Black Keys. O imaginaos a una Adele con “sabor” verdaderamente americano, como dejaban claro los banjos de su primer EP, The Elle King EP.

Y a la personalidad de su música, hay que sumar la de elle misma, que dice que siempre quiso ser una chica mala y que no quiere vivir a la sombra o de la fama de su padre. Es una de esas chicas con el cuerpo repleto de tatuajes y no quiere saber nada de música arreglada por ordenador… Será por eso que desde bien jovencita toca ella misma el banjo o la guitarra.

Lo dicho, si echáis de menos a Adele, aquí tenéis una versión “chica mala” de la británica. Todo un disco al que prestarle oídos que, os recordará por momentos a 19 ó 21, pero que en poco tiempo os tendrá ganados y os dejará muy claro que ella tiene personalidad de sobra como par no ser comparada con nadie. Ahora sólo hace falta que en nuestro país también comience a ser conocida.