¿Que pensaríais si entrais en un restaurante y vuestro compañero se pide un ibuprofeno con hielo y bien cargadito? Lo cierto es que el 99'9% de la población soltaría un ¿qué te duele?. Pero si te encuentras en Lisboa y decides ir a comer al restaurante Pharmacia, esa pregunta la vas a escuchar decenas de veces. Y es que su carta es diferente a las demás, y sus cócteles llevan el nombre de recetas médicas. Es entrar en ese lugar y ¡zas! parece que te hayas trasladado a una antigua botica donde las cubiteras son viejos botiquines y en los escaparates sólo encontramos cajas de medicamentos.
Pero lejos de dar mal rollito y dolor de cabeza, lo cierto es que este lugar es tan total que a uno se le ponen las pilas de golpe. Una vez allí vemos como los detalles cobran importancia: las botellas de agua son antiguos recipientes de medicamentos, la carta tiene forma de prescripción médica y las paredes han sido decoradas con un papel con motivos farmacéuticos de lo más cool.
Tiene todo lo que se necesita para triunfar: en el centro de la ciudad, la comida es deliciosa, el precio razonable y el ambiente que se respira es ultramolón. Y sí, sus cócteles a base de ibuprofeno son la caña, para qué engañarnos.
Si se va un día de sol, uno se puede quedar en su jardín contemplando una de las mejores vistas de la ciudad portuguesa: al Mirador de Santa Catalina.
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