Una de las mejores cosas del verano es poder disfrutar de los magníficos atardeceres con los que acaban los largos días de calor. Ver cómo el sol se pone entre las nubes crepusculares, descendiendo entre colinas y campos de trigo, es un momento sensacional que no podemos dejar de plasmar en fotografía.
Hay multitud de opciones a la hora de elegir en qué tipo de bolsa queremos transportar nuestra cámara de fotos, pero si queréis una opción diferente y mucho más divertida, os recomiendo que optéis por esta bolsa vintage de cuadros en tonos turquesa y blanco. Fabricada en tejido resistente al agua, su interior está lleno de pequeños compartimentos para guardar cables, baterías y demás accesorios de la cámara.
Se trata de una bolsa artesanal, con lo cual las unidades son muy limitadas y posiblemente, en caso de que se agote, pueda encargarse bajo pedido, así que no dejéis escapar la ocasión.