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He perdido la cuenta de los años que llevo sin recibir de forma regular cartas personales. El email lo ha sustituido de forma espectacular, y lo único que recibo de forma regular en el buzón físico de casa son paquetes y alguna que otra factura, que poco a poco estoy sustituyendo por comunicaciones al email y archivos PDF.
Pero para aquellos que disfrutan con el tacto de una carta escrita, recibirla en el buzón de la imagen puede ser muy reconfortante.
El cristal es translúcido con un icono típico de correo electrónico grabado. En la parte de abajo, un perfecto lugar para esas revistas que siempre se empeñan en arrugar los carteros para que entre por la ranura del buzón tradicional.
Cuesta poco más de 60 euros en Chiasso.
Vía | Uncrate.
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