Morgennes se había puesto su disfraz de san Jorge, que incluía una espada ficticia, un escudo de madera y una armadura de tela.
– ¡Pero si es solo un vestido, yo no soy caballero!
– ¿Ni siquiera Caballero de la Gallina?
– Ah, eso sí.
La Conferencia Episcopal Española ha animado a los niños a disfrazarse de santos en lugar de vestirse de brujas o calaveras la noche de Halloween para que les sirva como "estímulo" para seguir con su vida cristiana. Más ante una deriva pecadora de la que poc@s están libres.
Lo hace siguiendo los consejos de la Iglesia del Reino Unido que ha sido mucho más detallista al complementar la propuesta de "vestir santos" con hacer vigilia, acudir a misa, llevar una prenda de color blanco, cocinar galletas u organizar juegos. No dejéis de pasaros por la web de este Halloween alternativo y santo.
La atractiva propuesta de la Iglesia para vestir a los niños de santos es un verdadero estímulo para el que de buena fe intenta ayudar a los compradictos. He visto algunas propuestas concretas que surgen del corazón de la Iglesia y de su caridad para hacernos las cosas más fáciles. Nos sugieren varios modelos para disfrazar de santos a nuestros niños, en concreto, San Jorge, San Francisco, Santa Lucía, Santa María ¿Magdalena?. Ejem.
No me parecen malas propuestas, yo había pensado primero en San Juan de la Cruz, por eso la imagen que ilustra y encabeza este post. Ahí lo dejo. Si bien reconozco que San Jorge tiene mucha fuerza... y ¡espada! que a los niños les encanta. Un acierto majestuoso y santo. Quedamos bien con la Iglesia y los niños estarán encantados. Además San Jorge sirve para otro tipo de reivindicaciones.
Así que nos quedamos con la idea, muy interesante, al margen de las creencias de cada uno. Fíjate si dará San Jorge para disfraz que los del Huesca tenemos unas camisetas que te pueden venir divinamente para seguir el consejo eclesial. ¡Ya tenemos medio disfraz!. Más ideas aquí. Santo Dios. Sugiero: camiseta del Huesca, espada (de pega) y algo tal que así. Niñas también.
Vía | Heraldo de Aragón