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Siempre es agradable ponerle un poco de sabor a la mesa. Y cuando digo sabor, le doy un doble sentido a la palabra: por un lado hablo de la gracia y por el otro del gusto de las comidas.
Así, qué mejor que poner allí, un salpimentero original. En este caso, y hecho de cerámica, he visto a este producto con forma de huevo. El mismo posee la parte de la yema (la amarilla, si es que aún no las distingues) capaz de separarse de la parte de la clara (sí, la blanca). Entonces, en ambas podrás poner tanto la sal como la pimienta.
Eso sí, te recomiendo que avises a tus comensales que no se trata de un huevo verdadero. Sino, tendrás a algún familiar o amigo con unos cuantos dientes menos. ¿Su precio? 8.20 euros.
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