La gente llega a niveles de aburrimiento extremos. Casi preocupantes. Me gustaría saber qué se le pasaría por la cabeza a quien diseñase este invento para no aburrirte en el baño mientras haces una visita a Roca, como diría un buen amigo, porque no tiene que ser una persona normal, o al menos no el término normal que mi abuela tiene en mente.
Y es que en el baño nos podemos aburrir pero de ahí a ponernos a practicar la pesca hay un buen trecho. Ahora, gracias a este invento llamado de manera graciosa Potty Fisher (pescador de orinal), como no podía ser de otra manera, olvidaremos cualquier terminal móvil porque este invento eclipsa a cualquier iPhone o iPad. Es la nueva maravilla 0.0.
El Potty Fisher puede ser nuestro por la módica cantidad de 8,95 libras esterlinas (10,94 euros). Una ganga si lo comparamos con lo que cuesta tanto invento moderno de los que solo usamos una versión reducida.
Es cómodo, práctico, en un bonito acabado azulado y transparente, con un bol donde podemos pescar nuestros pececitos minúsculos, cuatro incluidos en el pack. Eso sí, el agua corre por nuestra cuenta. Recomendación: para la fotografía de después con la pesca del día subámonos los pantalones, por favor.
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