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De la costumbre nacen objetos extraños. El artista George Skelcher, acostumbrado a que los mendigos le pidieran cambio agitando vasos arrugados, propuso en una galería de Nueva York un monedero con exactamente ese aspecto.
Así se llegó al monedero “Lucky Beggar” o sea, “pedigüeño con suerte” –siempre, claro está, que haya monedas para meter-, que se comercializa para regocijo de los neoyorkinos, muy familiarizados con este modelo de vaso en particular. Parte de las ventas se destina a indigentes, que a su vez agitan vasos arrugados originales. 27,50 dólares. En calderilla.
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