El cubo de Rubik lleva décadas desafiando a generaciones enteras a descubrir sus misterios. Con la llegada de Internet, la vía fácil es buscar por ahí la solución, aunque muchos temerarios siguen al pie del cañón sin recurrir a la ayuda del señor Google ni a la del colega que lo resolvió en parvulario.
Ahora bien, si sustituímos los colores por neuronas y los cuadrados por secciones del encéfalo, la cosa cambia. O al menos eso ha pensado el creador de este cubo de Rubik inspirado en un cerebro humano. Jason Freeny, el cerebro - nunca mejor dicho - de esta idea, ha dado detalles propios de la anatomía cerebral a este cubo, que hará las delicias de cualquier estudiante de medicina.
Por el momento sólo es un prototipo, pero estoy convencida de que no tardará en aparecer a la venta en las tiendas más geek de la red.
Vía | Slippery Brick