Se trata de una lámpara LED que se carga con energía solar. Tras cargarla durante cuatro horas, la Little Sun proporciona luz durante cinco horas para cocinar, leer, escribir o trabajar en comunidades que no tienen fácil acceso a la luz eléctrica.
El ingeniero Frederik Ottesen y el artista Olafur Eliasson, conocido por experimentar con las percepciones de la luz y el espacio, son los creadores de esta lámpara que fue presentada en el Foro Económico Mundial de Suiza.
Antes lo había hecho en la Tate Modern de Londres. Allí, los visitantes del Museo pudieron utilizar el pequeño sol para explorar las obras algunos sábados por la noche en el que fueron apagadas todas las luces del edificio. Se trataba de promocionar la lámpara y denunciar la brecha eléctrica: 1.6 billones de personas en el planeta que no tienen acceso a la luz.
Comenzó a distribuirse en Zimbabue y en Kenia. Y hoy lo hace en todo el mundo a través de la red. Esto significa que el pequeño sol ha sido capaz de generar un modelo de negocio que utiliza los ingresos de la venta en la red (y algunos establecimientos colaboradores) para invertir en la distribución de las lámparas allí donde más se necesitan.
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