Pongamos que ya has superado esa fase de becario y dispones de unos cuantos eurillos que gastarte en honor a tu padre. ¿Qué mejor que tirar de electrónica y gadgets para ese tecnófilo que casi todos los hombres llevamos dentro? Es un acierto seguro, así que te vamos a proponer algunas posibilidades con las que la moda nos dice que será difícil fallar.
Empezaremos por el regalo estrella, y ya de paso te aconsejaremos que no gastes tus preciados euros en un GPS, por ejemplo, y casi que tampoco los emplees en un reproductor musical: hoy todo eso y mucho más va en el smartphone.
Smartphones
Y claro, ya se sabe que la tecnología miniaturizada de los teléfonos no suele ser precisamente barata, por eso os recomendaremos tres móviles con los que quedar como reyes sin tener que empeñarnos para llegar a fin de mes.
Dado que iOS cae un poco fuera de nuestras posibilidades dado ese autoimpuesto recorte presupuestario del que hablamos, las mejores opciones las tenemos en Nokia, con su Lumia 520, un móvil sencillo, aunque con un diseño exquisito y mucha fluidez en su software, que corre Windows Phone sin despeinarse. Luego, Nokia MixRadio (una especie de Spotify de serie y gratuito), Here, los siempre solventes mapas de Nokia o los servicios ofimáticos de Microsoft, además de poder ir siempre a la moda gracias a los cinco colores disponibles, hacen de este Lumia un caballo ganador por sólo 130 euros.
Un poco más caro, y ya en Android, encontramos el Motorola Moto G, otro de esos teléfonos muy básicos pero que hacen bien todo lo que hacen, sin necesidad de montones de núcleos o enormes pantallas de infinitos píxeles. La oferta de Google (al momento de ser lanzado al mercado al menos), se quedaba en 170 euros y ofrecía también buenas posibilidades de personalización.
Y también de Google, aunque aliado en este caso con la coreana LG, tenemos el Nexus 5, el buque insignia de Android, tal y como lo conciben en Mountain View, y la posibilidad de comprar un smartphone de gama alta por un precio tan contenido como los 350 euros que cuesta. Hardware contenido aunque con toda la fluidez que sólo la marca de la gran G y sus servicios son capaces de otorgar.
Smartwatches
Sí habéis estado en el mundo este último año, y seguramente vuestro padre lo habrá estado, ya estaréis al tanto de que los fabricantes de electrónica quieren que vistamos con sus productos desde ya. Y uno de sus primeros caballos de Troya son los relojes inteligentes, conocidos de forma cool como smartwatches.
Más o menos “listos”, sí, pero desde luego, más inteligentes que el simple Casio de toda la vida. Aquí, pocas ofertas consolidadas hay por el momento, pero sin duda, hay tres que merecen ser barajadas como opciones.
En el mundo Android, tenemos a Sony, con su Smartwatch, que va ya por la segunda generación. La oferta de la marca japonesa ofrece un boniuto diseño para un reloj grande, con acabados metálicos y capaz de funcionar sin estar conectado al móvil, com un reloj ordinario, aunque adquiere todo su sentido conectándolo a un Xperia (aunque funciona con cualquier Android 4.0). Notificaciones y otras funciones se replican en esta pantalla de pulsera, además de servir de control remoto, por ejemplo, para la cámara del teléfono. Todo eso y algunas cosas más, en varios colores, con correas en plástico o piel, desde 190 euros.
Samsung tiene en los Gear 2 y Gear 2 Neo con Tizen sus nuevas apuestas aunque no llegan a tiempo al mercado para el día del padre.Hay que mirar pues al Galaxy Gear, el modelo del año pasado, que tiene su punto flojo en la batería y en un precio más elevado que el del Sony, de unos 250 euros.
Pero sí quieres una apuesta segura, y compatible tanto con iOS como con Android, el reloj para tu padre es, sin lugar a dudas, Pebble. Quizás su diseño no sea todo lo preciosista que cabría esperar, aunque cumple, con creces, y más si elegimos el Pebble Steel, y sobre todo, hay que tener en cuenta que, aunque su pantalla similar a la tinta electrónica de los eBooks sea menos vistosa, otorga una autonomía capaz de multiplicar por 6 o 7 veces la de los relojes de Sony o Samsung. A eso le podemos sumar que casi todo lo que hace lo hace bien, que tiene tienda de aplicaciones y que la personalización de sus Watchfaces (esas carátulas con las que se muestra la hora) es enorme, y tendremos el reloj inteligente perfecto. Adsemás, su coste, que ronda los 110 euros para el Pebble standard y los 180 para el Pebble Steel, lo hacen la opción con mejor relación calidad precio.
Pulseras cuantificadoras
La otra cara del wearable computing, o electrónica vestible es, por el momento la de las pulseras cuantificadoras. Aquí sí tenemos un universo para perdernos hoy día, ya que, dado el relativo bajo coste de fabricación de éstas, montones de marcas han lanzado sus propios modelos al mercado.
Quizás las que más experiencia puedan aportar y por tanto sean las apuestas más seguras son las Nike Fuelband (por 110 euros más o menos), las FitBit Flex y One, (100 euros) o las JawBone Up, (130 euros), aunque las de nueva generación que llegan ahora, como las Sony SmartBand + Core (sensor y pulseras intercambiables en distintos colores, por unos 100-115 euros), las Samsung Gear Fit (casi un reloj inteligente por unos 150 euros aproximadamente) o las Garmin Vívofit, por 120 euros, son ofertas a tener tan en cuenta como el resto. Todo sea por poner a papá en movimiento.
Altavoces inalámbricos
Aunque, sí vuestro padre es un melómano empedernido y ya lo hemos metido en cintura con la portabilidad musical de los smartphones, toca hacerlo recapacitar sobre lo inútil de tenerlo todo lleno de cables: lo inalámbrico está de moda.
Y lo sabe, por ejemplo Bose, una de las marcas de audio que mejor calidad ofrece y que tienen una buena gama de altavoces bluetooth. Quizás el precio de sus recién estrenados SoundTouch (unos 700 euros) sea excesivo, pero siempre podemos irnos a por un veterano altavoz, mucho más portable, con batería recargable incorporada, una tapa para proteger su parte frontal y un aspecto serio y sobrio que lo hace perfecto para colocar en el despacho o el salón; el SoundLink II, es tu opción, por unos 300 euros.
En Jawbone también tenemos un par de tentadoras ofertas. Por ejemplo el Mini JAMBOX, del que ya os hablamos por aquí, ofrece una visión juvenil y de máxima portabilidad, que además hace gala de la exclusividad de un diseño, diferente en cada color de la gama. Su hermano mayor, el Big JAMBOX, ofrece más de lo mismo pero subiendo el listón en cuanto a calidad de sonido. El precio del primero es de unos 200 euros mientras que el del segundo sube hasta los 300.
El otro nombre a tener en cuenta es el de Sonos, que con su modelo Play:3 ofrece además de la libertad frente a los cables y la calidad de sonido, la posibilidad de añadir altavoces adicionales para que no la música no sólo se tenga que quedar en una de las habitaciones de la casa. Su precio también está en los 300 euros, aunque sólo para un altavoz; sí queremos más, toca multiplicar.
Cámaras y otras cosillas
El regalo de moda en otras épocas fue la cámara de fotos digital, aunque estas están de capa caída a causa de los móviles que todos llevamos en el bolsillo hoy día. De cuaqluier forma, siempre se puede hacer una apuesta segura por una de esas cámaras sin espejo, que aúnan la comodidad de las compactas y la versatilidad de las reflex gracias a sus contenidos cuerpos y sus objetivos intercambiables.
Pero si no van por ahí los tiros, siempre podéis ser más originales y regalar a vuestro padre un juego de objetivos Olloclip para el iPhone: no será una reflex, no, pero el gran angular, el ojo de pez, y los dos macro, ayudarán a que lo parezca y, lo que es más importante, le darán un toque original a sus fotos por sólo unos 70 euros.
Y sí papá es de esos deportistas que ya tienen todas las pulseras cuantificadoras habidas y por haber y no necesita de empujoncitos para levantarse del sofá; quizás la mejor idea sea una GoPro Hero 3, para que se grabe en plena acción desde 250 euros, sobre todo sí es un papá aventurero.
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