Normcore: cuando ser normal es el nuevo negro

Normcore: cuando ser normal es el nuevo negro
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El blanco es el nuevo negro. El mandarina es el nuevo negro. El azul celeste es el nuevo negro. El negro es el nuevo negro. Hay frases que se repiten hasta la saciedad en el mundo de la moda y que de alguna forma, al final, pierden completamente el sentido. Hay tantas cosas que son "el nuevo negro" que ya nadie tiene claro lo que es el nuevo negro. Pero os puedo asegurar que aproximadamente cada semana tendréis algún artículo en la red diciendo que algo es el nuevo negro.

Pasa también con la expresión "the next big thing", menos adaptada a nuestro idioma, que quizás leemos en otras formas (esta frase es como el demonio, nunca sabes cómo se te va a aparecer) como "es la próxima tendencia" o "es lo que se va a llevar". Cuando la próxima tendencia o "el nuevo negro" apuesta por convertirte en un turista americano en París o en la persona más normal del garito parece que suena a broma, pero no lo es.

Hablamos del "normcore", habrás leído sobre ello en Twitter pero quizás no tengas claro de dónde viene todo esto. No te preocupes, en Trendencias Lifestyle queremos que estés al día que todas las tendencias posibles y luego ya decidas tú qué hacer con ellas.

Normcore: los orígenes

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Un tímido artículo en The New York Times en febrero de este año hizo saltar las alarmas. La autora decía que últimamente, cuando paseaba por el barrio del Soho no sabía diferenciar si la gente que tenía alrededor eran "art kids" o simplemente "turistas de mediana edad americanos". Y es que el normcore es eso: vestir normal (o lo que en América entienden por normal). Camisetas o sudaderas, vaqueros y chanclas con calcetines. O unas deportivas y pantalón de deporte, es cómodo, es un clásico, es normal. ¿Por qué es entonces tendencia?

Porque durante las semanas de la moda ya no vemos looks: vemos extravagancia tras extravagancia. Sucede lo mismo en los blogs de street style, ¿es eso de verdad street style? Esos blogs buscan lo único entre la normalidad, aquello que destaca del resto. Y hay veces que las personas que aparecen van totalmente disfrazadas para la foto. Eso no significa que vestir de manera que llames la atención sea lo habitual, pero en Internet da la sensación de que si: ver a las blogueras con sus looks de día a día, a las famosas en las alfombras rojas o a las personas anónimas en esos blogs dan la sensación de que la realidad es esa. Y es entonces cuando nace una corriente para separarse de esa "masa ficticia" de personas con tacones, bolsos de Hermès y chaquetas de Céline: vestir lo más normal posible.

Me recuerda a algo

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La tendencia no es nueva, simplemente acaba de ser bautizada en la iglesia de la moda. Firmas como American Apparel apuestan por este tipo de looks. La tendencia noventera que vemos hoy en día, aquella más alejada de la pura extravagancia, es exactamente lo mismo. Es decir, que la única diferencia es que ahora lo llamamos normcore y aparece en las revistas. ¿O es que es pura casualidad que en el último desfile de Chanel las modelos lucieran zapatillas de deporte y riñoneras e hicieran algo tan normal como una compra en el súper? La tendencia ya estaba ahí.

Por lo que esta tendencia llama la atención es porque parece un chiste. O mejor dicho: una burla del mundo de la moda hacia la gente que vive ajena al mundo de la moda. Es como cuando las revistas apostaban por el estilo "homeless chic" y sacaban como referentes a personas como Mary Kate Olsen o Johnny Depp, vestidos casi con harapos, eso sí, con harapos de dos mil dólares. Y sonaba a burla porque vestirse como un sin techo no es ninguna broma e intentar imitar el estilo de los vagabundos es algo de mal gusto.

Ahora el foco está puesto, de forma irónica eso sí (no os vayáis a pensar) en la gente normal. El truco está en parecer que el mundo de la moda no te interesa cuando en realidad te interesa muchísimo. Como la tendencia "casual" llevada al extremo: cuando hace unos años todo el mundo se emperifollaba por ser el rey o reina de la fiesta, surgió la tendencia de aparentar que habías pasado dos minutos frente al espejo aunque en realidad habías estado tres horas. Una camisa blanca, unos pitillo y un moño de aspecto deshecho eran tu mayor aliado. Maquillaje nude. Manicura francesa.

Hoy la postura es precisamente ese: la moda no me interesa. Es una respuesta subversiva, que pretende poner patas arriba el mundo de la moda tal y como ahora lo conocemos. Sobre si lo conseguirán o todo quedará en humo todavía nos quedan dudas.

Máximos referentes

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El mundo de la moda cada vez está más aliado con el mundo de la tecnología. Diría que porque se necesitan mutuamente pero no es completamente cierto: es la moda la que necesita de la tecnología para expandirse, crecer, sobrevivir. Una bloguera sin blog no es nadie. Pero ya no es sólo blog: son las distintas redes sociales y los distintos gadgets tecnológicos que esa bloguera necesita para estar siempre presente.

El normcore tiene como referentes a personas como Mark Zuckerberg o Steve Jobs. A Barack Obama cuando se quita el traje. También insiders dentro del mundo de la moda que no están directamente relacionados con "la moda": ese director de estrategia online de esa marca que tanto mola y que vive despreocupado del "qué me pongo". Programadores informáticos, emprendedores, creadores de start ups. Ellos serían los máximos referentes de esta tendencia. No creo que sea casualidad: la tecnología es ahora algo chic.

Pero si quieres ver verdaderos referentes del normcore, auténticos abanderados de la tendencia, fíjate en tu padre el día que va a lavar el coche, en tu madre bajando a la playa o en tu tío cuando se va de vacaciones. Un filón para los cazatendencias.

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